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10 agosto 2012

El BCE pide a los países en apuros bajar sueldos para reducir el paro

Para el Banco Central Europeo (BCE), gran parte de los problemas de la economía española se solucionarían con un descenso de los salarios, que hasta ahora no han bajado lo suficiente. Más aún, la entidad que preside el italiano Mario Monti predice que las retribuciones de los trabajadores van a experimentar "una acusada caída". Concretamente, el BCE prevé que se produzca una acusada caída de la remuneración por asalariado en España, por los recortes de salarios en el sector público y el impacto de la reforma laboral en la moderación de las reivindicaciones salariales.



El pronóstico del BCE en torno a la evolución de los salarios en España parece estar cumpliéndose. La subida salarial pactada en convenio prosigue su desaceleración, y en julio se sitúa en el 1,56%. Es casi 1,1 puntos inferior al incremento en las retribuciones recogido en los convenios de un año antes (el 2,65%), y es, también, menor que la tasa de inflación interanual del mismo mes (2,2%), según datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social. Desde febrero de 2011, cuando el incremento salarial medio alcanzó el 3,11%, los salarios pactados en convenio no han dejado de moderarse. Si bien, este incremento salarial es aún menor si se tienen en cuenta sólo los nuevos convenios colectivos, pues se situó en el 0,85%, frente al 1,66% de los convenios revisados (firmados con anterioridad con efectos plurianuales). La entidad considera que la moderación salarial en España ha sido muy limitada, sobre todo, porque la reforma laboral se aprobó más tarde de lo que la autoridad monetaria considera deseable.

Para aumentar la competitividad, el BCE considera urgente el reducir “los costes laborales y los márgenes de beneficio excesivos”, especialmente en los países con un alto nivel de paro. Para lo primero, sugiere medidas como “reducir el salario mínimo”, “relajar las leyes de protección laboral”, permitir la negociación salarial a nivel de empresa y abolir “la interrelación entre salarios e inflación”.

El anexo también analiza la evolución de los países que han llevado a cabo recortes. Según el informe, los ajustes han permitido a los países recuperar en parte su competitividad debido a la reducción de sus costes laborales, aunque reconoce que parte de la mejora se debe a la destrucción de empleo en sectores de baja productividad. Inmediatamente, apunta: El lado negativo ha sido un incremento en la tasa de paro, especialmente pronunciado entre los jóvenes. El BCE sugiere que el aumento del desempleo se debe a la “tardanza” de los actores sociales en acordar una rebaja en los sueldos, y señala que desde el principio de la crisis los salarios han disminuido con retraso (en el caso de Portugal) o de forma muy limitada (en el caso de España y Chipre), aunque el BCE califica de amplia la reforma laboral española.

UGT recuerda al BCE que las políticas de empleo no forman parte sus competencias

UGT muestra su más radical desacuerdo con la actuación del Banco Central Europeo durante la crisis, ignorando los intereses del conjunto de los ciudadanos de la zona euro para someterse de manera servil a los intereses exclusivos de una parte de los miembros de la Unión Europea. Recomendar mayores degradaciones de las condiciones de trabajo en países como España “como ha hecho en el informe mensual de la institución hecho público ayer” supone un incumplimiento flagrante de sus funciones, que se limitan al control de la inflación y al mantenimiento de la estabilidad financiera de la zona euro.

Aunque los dirigente del Partido Popular se empeñen irresponsablemente en discriminar si los parados son de uno u otro Gobierno, la realidad nos indica que su reforma laboral está destruyendo empleo, ha degradado espectacularmente las condiciones de trabajo en nuestro país hasta límites que vulneran los principios constitucionales y los establecidos en acuerdos internacionales básicos, está suponiendo la desaparición masiva de empleos en el sector público, se recorta la protección a los trabajadores en desempleo, y se afecta a instituciones básicas como el FOGASA.

Recortes salariales, recortes sociales, rebajas de la protección legal del trabajo y el resultado es un total fracaso de esas políticas: hay más parados, más precariedad, más pobreza y más exclusión social, y ni un solo dato que indique recuperación económica o mejora de la situación financiera de las empresas o de las cuentas públicas.