Páginas

29 mayo 2013

Sexta jornada de huelga, junta de accionistas en Madrid

¡Y nos fuimos a Madrid!

Llegó el día 29 de mayo y con él la anticipada Junta de Accionistas de Sniace. A las puertas del madrileño hotel donde se celebraba, acudieron doscientos treinta y un trabajadores y cuatro  periodistas, a bordo de los cuatro autobuses fletados por el Comité De Huelga, más otra quincena de trabajadores que lo hicieron en sus vehículos particulares. Casi todos ellos permanecieron frente al hotel donde se celebraba, cantando las habituales coplillas reivindicativas y haciendo sonar las bocinas, durante la hora larga que duró el acto. Otros trabajadores, haciendo valer el derecho que les otorgan sus acciones en la empresa, accedieron al recinto y se colocaron en la parte trasera de la sala donde se celebraba la Junta, haciendo notar su condición de trabajadores “en lucha por su futuro” con sus camisetas rojas.  
                                       
¿Del contenido de la Junta? Pues contrariamente a lo que podía parecer previsible, una copia reducida de las anteriores: discurso del presidente haciendo un recorrido por el ejercicio económico pasado y, presentando un futuro de proyectos y “decisiones difíciles” mientras los trabajadores, tratando de ubicarse en esos proyectos, pensaban que les hablaban de otra empresa y de otro futuro.

Pero claro que lo entendían, aunque para ello tuvieran que hacer su propia traducción simultánea: lo que el presidente les estaba diciendo es que el futuro no es nada halagüeño, lo que el presidente les estaba diciendo es que salvo milagro (y nunca han visto ninguno) están a las puertas de un nuevo ERE. Aún no saben cuál será el apellido, pero ERE es el nombre  seguro. Y tan claro está que lo entendían, que cuando llegó el punto 5 del ORDEN DEL DÍA, el que trataba de la “VOTACIÓN CONSULTIVA DEL INFORME ANUAL SOBRE REMUNERACIONES DE LOS CONSEJEROS”  tuvieron algo que decir, y con la escasa fuerza que les otorgaban sus acciones, dijeron NO. Eran unos pocos miles de acciones, contra los veinticinco millones de que habían delegado sus derechos en el presidente. Pero esos pocos miles de acciones tuvieron un efecto “descolocador”: hasta dos veces hubo de repetirse la votación en la que cada trabajador/accionista debía manifestar su nombre y el número de acciones que poseía, lo que hizo gracia a un consejero (será que tiene una vida triste) y le provocó cierta risilla, olvidando tal vez, que en la mesa en la se sentaba hay quien tiene apenas cien acciones. Hasta la técnica se descolocó y al presidente se le “cayo” el ordenador en el recuento.

Lo verdaderamente importante es que los trabajadores de Sniace tienen un objetivo que es la defensa de sus puestos de trabajo y que más dela mitad de la plantilla estuvo allí para que el Consejo de Administración lo tenga presente.

Por lo demás, la jornada se desarrolló con total normalidad, el acceso a los autobuses se produjo bajo la lluvia; por al camino hizo más o menos bueno; en las paradas hacía frío y durante nuestra estancia en la capital del reino (nuestro único fallo) hizo hasta solecito, pero nuestra presencia, aunque con retraso se dejó sentir, un rato después de marcharnos llovió torrencialmente.  Y una sugerencia que debemos hacer al Ministerio de Fomento para el futuro: deben adecuar los tiempos de actividad y descanso de los conductores de autobús, haciéndolos compatibles con la capacidad de la vejiga de los/as trabajadores/as (unos 250-300cc) quienes han de tener en cuenta que su espacio libre es inversamente proporcional al líquido ingerido/trasegado.