Páginas

12 septiembre 2012

Sin acritud hacia nadie. Para reflexionar entre todos

Fieles al compromiso que adquirimos hace tiempo en cuanto a facilitar a los trabajadores cuanta información consideremos que deben tener, incluyendo cuando es menester nuestra opinión, vamos a trasladaros lo que pensamos sobre la última oferta de la empresa.  Hay quien prefiere utilizar “el pasillo”, “el corrillo” o las informaciones de la prensa (a saber quién se las proporciona), para difundir sus opiniones. Compromete menos y siempre puede negarse o reinterpretar lo que se dijo. Nosotros vamos a continuar utilizando nuestros canales, perfectamente identificables y no sujetos a interpretación: lo que decimos lo escribimos y se lee, ahora y el mes que viene. Hemos de reconocer que esto tiene su ventaja: todo aquel que nos quiera leer, tendrá “nuestra versión de los hechos”, no la que otros le digan que decimos. Tratamos con ello de enriquecer el debate que surgirá, no lo dudéis, entre compañeros y entre los diferentes grupos que componen el Comité de Empresa. Esto es normal cuando se dan las circunstancias por las que ahora atravesamos, no debe asustar a nadie, lo triste sería que todos pensáramos siempre lo mismo. Pese a nuestras diferencias, debemos ser capaces de llegar a acuerdos. Venimos de unos años en los que ha primado eso que ha dado en llamarse “paz social”, que nos había llevado a pensar que todo consistía en celebrar unas cuantas reuniones y firmar un acuerdo.

Parece que esto se ha acabado, todo se nos ha complicado y, es lícito que cada uno ponga en juego sus argumentos y a veces (puede que no tan lícito), sus intereses. Como decíamos antes, es normal, ha ocurrido otras veces, lo veteranos recordarán épocas pasadas, en las que se producían fuertes discrepancias entre los trabajadores y sus comités. De una u otra forma siempre se logró salvar la situación, perdiendo, como se decía entonces, algunas plumas por el camino. De eso se trata y a eso contribuiremos en la medida de nuestras posibilidades, procurando que las plumas perdidas, por parte de todos, se mantengan en unos márgenes aceptables.

En la reunión del pasado lunes, la empresa facilitó, por fin, la tan esperada oferta, que consiste en una subida salarial del 0,2%, (poco más de 3 euros mensuales), sin cláusula de revisión, supeditado a un año de duración del convenio. Además, si se aceptaba esta oferta salarial, estaría dispuesta a contemplar aspectos como: el complemento al 100% en las bajas de la nómina obrera; que de los 13 contratos de relevo pendientes para este año, entre 9 y 11 se dirijan a sustituir a hiladores que tienen que salir del departamento (compromiso alcanzado en el pasado convenio y no cumplido por la empresa), para lo que iría llamado a los eventuales que han visto rescindido su contrato y por último, la empresa estaría dispuesta a contemplar una nueva redacción para el disfrute de las parrillas en domingo, que garantice los mismos derechos en todas las fábricas.
La oferta no suscita dudas, desde un principio es claramente rechazada por todos.

Manifestado el rechazo unánime, USO propone un receso, argumentando que aunque no nos guste lo dicho por la empresa, es una oferta de subida por lo que, en su opinión, el Comité de Empresa debe presentar una contraoferta reajustando los planteamientos mantenidos hasta la fecha, es decir, rebajando las peticiones. Cierto es, sobre todo en estas circunstancias, que cualquier método de negociación es tan bueno o tan malo como cualquier otro: se puede regatear; insistir; contraoferta; decir que no y marcharse o contestar otro día. Por lo tanto, la sugerencia es aceptada y nos disponemos a escuchar su propuesta para discutirla y enriquecerla con nuestras aportaciones, si fuera posible.

El SU propone solicitar el IPC que resulte a fin de año, renunciando al resto de la oferta de la empresa, UGT no apoya esta propuesta, manifestando que podría ser aceptable una petición inferior, en cuanto a contenido salarial, pero manteniendo el resto de conceptos ofrecidos por la empresa y añadiendo los contratos de relevo para el 2013, ya que podría argumentar la empresa que pedir el IPC de final del año, es prácticamente lo mismo que ya nos habían rechazado en la plataforma inicial. Si tenemos en cuenta que el índice ya se sitúa en el 2,7%, es fácil deducir que a fin del año, con la repercusión de IVA, puede superar ampliamente el 3%. Esto, por supuesto, lo sabe la empresa y por eso insiste desde el principio en que no contempla ningún tipo de cláusula de revisión.

La sorprendente llega cuando se le pide a USO que manifieste su postura. Habiendo sido quien propone el receso, no solo no aportan ninguna propuesta, sino que hacen manifestaciones del tipo de: “ahora no tenemos nada que decir”; “somos un sindicato democrático y tenemos que consultar con los afiliados” “nuestra propuesta la haremos donde tengamos que hacerla”…  ¿De locos? En nuestra opinión sí, pero encontraron su justificación en que “como el SU y UGT decís lo mismo y tenéis la mayoría ¡no hay más que hablar!" En este sinsentido, desde UGT lo negamos, eran propuestas diferentes y preguntamos al portavoz de USO, si estaba dispuesto a ir una huelga por defender por ejemplo, un 1,5 % de subida. Pese a insistir en la pregunta, no logramos respuesta alguna, salvo la repetición de los argumentos anteriores. Finalmente consintió, por la unidad del comité, dijo, en adherirse a la propuesta del SU y nosotros también.

Las actitudes de superioridad, las risitas de suficiencia, el abandono de las reuniones con actitud arrogante o el papel de establecer relaciones entre las reuniones de un convenio y el anterior, nos parece una pobre aportación para quien no pierde ocasión de afirmar que “la negociación se lleva muy mal” para luego ver avances en cualquier soplapollez. Nos parece fatal y nos hace dudar de sus intenciones, aunque tal vez hayamos visto una parte de “su plumero”, cuando en vez de presentar una propuesta, en el receso que para ello había solicitado, dice: “solo pensaseis en clave electoral, pero las elecciones pondrán a cada uno en su sitio”. Muy cierto, sí señor, lleva años sucediendo.

Como podéis comprender, es lo único que nos faltaba por oír a estas alturas del convenio. Después de aguantar a la empresa durante siete meses que no tiene un duro, que no piensa dar casi nada para este año y menos para el siguiente; después de haber intentado de todo; después de haber vuelto del Orecla, en gran parte porque ellos creían “que no habíamos negociado suficiente tiempo, antes de convocar una huelga”; después de tres meses en los que deberían haberse reiniciado las negociaciones y no se ha producido el más mínimo avance, solo les hemos oído que nada les gusta de los demás. Tampoco queremos dramatizarlo, nada es irreversible, el problema es que estas divergencias se hayan producido en un momento tan delicado. 

En la asamblea celebrada el pasado lunes, sí que apuntó el portavoz de USO en una dirección, con todo el derecho (esto no es una crítica), al sugerir que la decisión se someta a un procedimiento democrático, lo que ocurre es que desde nuestro punto de vista, esto va a suscitar viejos debates y, se realice de una forma o de otra, surgirá el interrogante de toda la vida: la decisión que tomen los trabajadores ¿será respetada por todos? ¿trabajadores y sindicatos? o luego exigiremos el “otro derecho democrático”…

Como decíamos antes, tenemos serias dudas sobre las verdaderas intenciones, pero estamos seguros de que esto va a marcar el devenir de las próximas semanas, y tendrá un peso importante en el desarrollo de los acontecimientos. Vemos difícil que la empresa de algún paso hacia delante, hasta ver cómo se desarrollan los acontecimientos.

El Comité de Empresa tendrá que volver a reunirse y, si no es capaz de tomar una decisión, tendrán que hacerlo los trabajadores, para lo cual será necesario que todos tomemos la responsabilidad de acudir a la asamblea.