25 junio 2013

¿Estamos ante la tormenta perfecta?

Pues si lo es, no sabemos quién es el agitador, si la provoca el uno con su “dejadez” o, la propicia el otro con su “déjame estar”. De momento, para no complicar la cosa, nos vamos a limitar a analizar lo que ha ocurrido en el día de hoy, en la segunda jornada de negociación desde la presentación del ERE.
Habíamos emprendido esta negociación, con poco optimismo, pero con ánimo de seguir una de las leyes de Murphy, la que dice: Saltar un obstáculo te servirá para ver el siguiente. Pero hemos tenido que recurrir a otra del mismo autor, todo lo que va mal es susceptible de empeorar.

Reunirse con los representantes de esta empresa (propios o contratados) puede resultar esperpéntico. Después de horas de reunión, tendrás que sacar tus conclusiones en base a la interpretación de los signos y los gestos, aún a riesgo de equivocarte o de que te acusen de estar “prejuzgando lo que en ningún momento se ha dicho, por parte de la empresa”. Ellos insinúan, pero si se les pregunta, nunca concretan nada, con lo cual estamos ante un escenario claramente preocupante, al que tenemos que añadir las contradicciones. Esto nos permite deducir que nos quiere llevar al minuto 89 de partido, o a la prórroga, ya dijo el negociador de la empresa que solo al final del partido veremos “si el vaso está medio lleno o por el contrario está medio vacío”. Como la empresa no tiene nada concreto encima de la mesa, tampoco podemos nosotros pretender, según sus palabras, que en la segunda reunión nos digan si habrá despidos, ni cuántos, ni de qué forma. Por el contrario, con su habitual doble rasero, la empresa si pretende que los trabajadores aceptemos “unas condiciones de despidos o un número, por determinar, de ellos”, sin tener en cuenta, o al menos nada nos dicen, cuantos departamentos funcionarían en el futuro de esa nueva Sniace. Primero las perdidas, luego el aspecto social. 
Diabólico debate, precedido de largos discursos, pero cuya dialéctica no concreta nunca nada de lo que a nosotros nos interesa. Es fácil deducir que esto aún se puede complicar más, porque como dice el negociador de la empresa, es pronto para saber que será primero: el huevo o la gallina, es decir, Viscocel, o despidos. 

Desconocemos si la táctica es premeditada y tienen claro el objetivo, pero nosotros tenemos la impresión de que, desde el punto de vista de terceros en discordia, el daño causado a la poca confianza que queda a estas alturas de la película, puede resultar irreparable...

Al final, justo es reconocerlo, se ha producido un “cierto rebobine” y han insistido en que de sus palabras no podía deducirse lo que nosotros habíamos entendido. No nos sorprende, ya lo decíamos más arriba, pero es que con tanto refranero y tanta cita literaria, ni se concreta nada, ni están en disposición de hacerlo porque todo depende de las medidas que están aún sin concretar…

El comité sí que ha concretado: nuestra postura es que se retire el …expediente de los despidos; que si es necesario se presente uno de tres meses, para ir concretando y que si hubiera algún excedente de personal, sea solucionado con algún plan de jubilación.
 
Todo esto, en el día que hemos conocido que 5.000 cántabros abandonaron la comunidad, no sabemos si hartos de las movilizaciones de los trabajadores de Sniace. Menos mal que, afortunadamente, encontraron trabajo en otras comunidades.

Viendo que la reunión se había estancado, la dimos por concluida, no sin antes quedar para mañana, pero en esta ocasión en la fábrica.