Comienzo de la negociación del convenio de Sniace
Este
acuerdo viene marcado por una mala situación económica, en la que el
déficit y la deuda pública siguen marcando los tiempos. Todos los
gobiernos Europeos se afanan en tomar medidas para consolidar el ajuste
fiscal en la UE. Se presume, sin mucho fundamento, que con los recortes
se garantizará el pago de la deuda generada en cada uno de los países y
con ello la salida de la crisis. El ministro de Economía, Luis de
Guindos, dice que España fijará el déficit en el 0% para el conjunto de
las Administraciones Públicas a partir de 2020, pese a que Bruselas
permite que los Estados puedan establecerlo en el 0,5%. Esto modifica el
pacto alcanzado con el PSOE, por el que el Parlamento modifico la
Constitución, que fijaba el déficit estructural en el 0,4%. A la larga,
esto se traducirá en un ajuste brutal, aunque según palabras del
ministro, simplemente: “recortaremos más, para lanzar una señal a los mercados". La
victima, sin ninguna duda, será la clase trabajadora, que se verá
privada de la protección social y el Estado de bienestar. Los recortes
en derechos laborales, que empezaron a la vuelta de aquella famosa
cumbre Europea a la que acudió Zapatero, siguen agudizándose, y parece
que seguirá haciéndolo.
Se
nos anunció que Rajoy acudiría Berlín para trasladar a la canciller
alemana, el retraso en el déficit. En realidad el tema estrella volvió a
ser la Reforma Laboral. Ángela Merkel la exigió YA, y
Rajoy, que ya está cogiendo confianza, le dijo (más o menos) ¡no te
preocupes Ángela que en cuanto llegue a casa se van a enterar! O sea,
que la primera reforma será la laboral, pues según él, es la clave para el resurgir económico,
tanto de España como de Europa…, ahí queda eso. En definitiva continúa
el mismo discurso, la diferencia es que antes Merkel “daba órdenes”… y
ahora es nuestra amiga.
Los agentes sociales fueron felicitados porque “han estado a la altura",
al firmar el acuerdo salarial, que Rajoy llevaba orgulloso bajo el
brazo. Y es que tanta prisa no tiene otra explicación. Hace unas semanas
parecía, si no imposible, sí muy complicado, escuchando las
declaraciones de unos y otros. Aunque un líder sindical, seguramente
pillado con las defensas bajas, ya dijo que “cuando hay voluntad, todo es posible".
Otros apuntaban hacia la necesidad de frenar los duros cambios que
podría introducir el Gobierno en la reforma laboral que prepara. Puede
que no vaya muy descaminado este ultimo, viendo algunas declaraciones de
los responsables sindicales: “Los agentes sociales exigieron al Gobierno que respete este pacto y no legisle en materia de convenios colectivos” Toni Ferrer ( UGT), advirtió que
“el pacto es un mensaje al Gobierno, para que respete la autonomía de
las partes y no legisle en materia de convenios dentro de la reforma
laboral que está diseñando”; Fernando Lezcano (CCOO) “el acuerdo firmado hace innecesaria la reforma laboral, porque ya se han tocado los asuntos que se debían cambiar”.
Ni en sus mejores sueños imaginó el Sr. Rajoy, que los sindicatos le firmarían este tipo de acuerdo. “La compra de 100.000 pelotas de goma y gases lacrimógenos” que anunciaron los medios de comunicación, hacía presagiar que esperaban otra cosa.
Sin
embargo, no parece que los supuestos efectos positivos de este acuerdo
vayan a durar mucho, viendo las réplicas aparecidas en los medios de
comunicación: Fátima Bánez, ministra de Empleo, ha manifestado que "los avances en materia de flexibilidad y negociación colectiva van en la buena dirección” pero deja claro que “su
intención es interpretar una partitura más amplia que la compuesta por
sindicatos y patronal al hablar de una reforma laboral completa, en
contraposición a un acuerdo sobre materias concretas”. El dirigente de la CEA (Empresarios Andaluces) Santiago Herrero, tras valorar como muy interesante el acuerdo, en moderación salarial, “anima al Ejecutivo del PP para que saque la reforma laboral cuanto antes,
insistiendo en la necesidad de flexibilidad interna, movilidad
funcional y geográfica y una modificación sustancial en la regulación de
los accidentes de trabajo, además del despido por razones económicas,
tecnológicas o de producción. “Este despido, con una
indemnización de 20 días por año trabajado no funciona, el 85% de los
despidos son disciplinarios porque la norma está redactada con
conceptos jurídicos indeterminados y el juez da razón al trabajador”. Por lo que vamos intuyendo, alguno de los objetivos de este acuerdo, parece que hace aguas.
A
nosotros, no nos gusta este acuerdo, pero somos conscientes de que en
España hay, en estos momentos, más de una realidad laboral y muchos se
pueden agarrar a ella, antes de perder su puesto de trabajo. 2011 es el
quinto año consecutivo en que aumenta el paro. En menos de cuatro años
se han destruido 2,7 millones empleos y 600.000 trabajadores han
perdido su puesto de trabajo durante el 2011. Con todos los datos
económicos a la baja, con recortes que lastran el consumo, vamos de
cabeza a la recesión y España alcanzará los seis millones de parados.
Los
trabajadores de Sniace sabemos lo que es una atravesar una crisis,
pero entonces solo la sufríamos nosotros, la economía mundial no tenía
problemas y el ladrillo estaba en su apogeo, ese era el destino que nos
tenían reservado. Por eso no debe extrañarnos que allá donde los
trabajadores luchan contra un ERE, que puede dejarles en la calle, estén dispuestos a todo, menos a perder el trabajo. O cuando se pregunta quién está dispuesto a aceptar un contrato de los denominados “mini Jobs”, pues es normal que se escuchen respuestas, detrás de las que se esconde una gran desesperación, porque
más de un millón y medio de familias tiene a todos sus miembros en
paro; y hay otros tantos desempleados que no cobran ningún tipo de
prestación.
Dicen
que hay que hacer algo para remediar la situación: pues claro hombre,
claro que hay que hacer algo, desde los sindicatos llevamos años
reclamando que hay que hacer algo. La discrepancia surge cuando uno se
pregunta ¿para qué sirve la flexibilidad y la movilidad? por ejemplo, en
contraposición a la deslocalización de la empresa; o ¿a dónde nos
lleva el retroceso que significan las medidas incluidas en este tipo de
acuerdos? La casi congelación salarial durante tres años y la
flexibilidad interna en las empresas ¿son la clave para salir de la
crisis? Dudamos que sea así, aunque es lo que defendían, hasta ahora,
todo los líderes Sindicales.
Hace
algún tiempo nos referíamos, en otra hoja informativa, a un político
que decía que se había acabado el “café para todos” y que a partir de
ahora “teníamos que pagar a escote”, no estuvimos de acuerdo entonces,
ni lo estamos ahora: “pagar a escote” significa que cada cual paga lo
que ha consumido. Lo que está ocurriendo, es que quienes más han
consumido, quienes lo han “roto todo”, son los que dictan las normas, y
ellos han decidido que todos paguemos la misma cantidad y a eso se le
llama “a tanto por barba”.
Compañeros,
es posible que tengan razón quienes opinan que no hay “condiciones”
para huelgas generales, lo que no aceptamos es que tampoco las haya,
como mínimo, para MANIFESTARSE. Aunque por menos se la hicimos a Zapatero.
Volviendo
al principio, ya se ha celebrado la primera reunión de negociación del
convenio. El Director de RR.HH, se ha limitado a cubrir el expediente,
anunciando que es intención de la empresa enmarcar la negociación
dentro de los márgenes de los decretos de Zapatero de reforma laboral,
negociación colectiva y como no, del recientemente, firmado por UGT y
CC.OO sobre salarios.
La
única novedad por decirlo fue la pretensión de la empresa de suspender
la negociación hasta el mes de marzo, para dar tiempo a conocer la
reforma laboral de Rajoy, dado que no estaban dispuestos a conceder
ningún derecho que sobrepase lo que dispongan esta ley o las anteriores.
Como veréis no han tardado mucho en tener eco las palabras de Rajoy: “La reforma laboral nos va a costar una huelga" "ahora viene lo más duro".
Parece que entre esto más duro pudiera estar la posibilidad de alargar
la jubilación más allá de los 67 años. Por nuestra parte, plantemos a
la empresa que la negociación no podía suspenderse amparándose en estos
argumentos, por lo que tras un pequeño debate, quedamos citados para
el próximo día 15 de febrero.