27 noviembre 2013

Diego en estado puro

Hace unos días en un artículo que publicaba el digital “eldiario.es”, bajo el sugerente título de “¿Quieren que los ciudadanos protesten menos? Escúchenlos” escribía Aina Gallego: “Los ciudadanos españoles son los que más protestan de toda Europa ¿Por qué? Las protestas son más frecuentes cuando los poderes públicos son poco receptivos a las demandas ciudadanas formuladas por otras vías y pueden ser vistas como un síntoma de baja calidad democrática. Si el Gobierno de verdad quisiera reducir la frecuencia de las protestas, sería más efectivo escuchar a los manifestantes que multarles”.

Los trabajadores de Sniace podemos sentirnos perfectamente identificados, cada día más, con estas palabras. Viene esto a colación, de las últimas declaraciones del Presidente Diego en relación a Sniace. Una vez más se muestra optimista en cuanto a la reapertura, en línea con aquellas otras de hace unas semanas, en las que cifraba su optimismo en un 98 %. Desde UGT, con los datos que tenemos, no alcanzamos a entender su optimismo, salvo que él maneje otros muy distintos, en cuyo caso, lo lógico es que hubiera convocado al Comité, para explicárselo, y así todos seríamos optimistas.

Porque cuando analizamos el estado en que se encuentran los cinco puntos que dependían de las diferentes Administraciones, más las dificultades del Concurso de Acreedores y la supuesta voluntad de la empresa de reconducir el problema, no llegamos a conclusiones tan optimistas. Al contrario, cada día que pasa comprobamos que las dificultades que tenemos se agudizan mucho más.

De cualquier forma, para captar el mensaje del Presidente Diego, hay que irse a “la letra pequeña”, ahí es donde entendemos de qué va la cosa, y volvemos a comprobar que es un artista despistando al personal. Si nos salimos del titular, nos encontramos con un mensaje subliminal y, no tan positivo para los intereses de los trabajadores de Sniace: en esa letra pequeña que comentamos, nos deja el Sr. Diego perlas tan importantes, como que se muestra "absolutamente convencido" de que Sniace se volverá a abrir. Pero cuando le preguntan cómo, ya le salen las dudas y los interrogantes: Qué parte? Probablemente celulosa. ¿Abrirá fibra? No lo sé, ojalá. ¿Con cuántos empleados? No lo sé. Pero eso no depende del Gobierno de Cantabria, que ha creado unas condiciones para Sniace desde el punto de vista legislativo, energético y demás inmejorables.
No os vamos a cansar contando otra vez el estado de las cosas, pero si su optimismo proviene exclusivamente del estado de los asuntos provenientes de la Administración, apañados vamos…

Pero sigamos, sostiene que en el cierre “también ha tenido que ver el despilfarro de la empresa de gastar 22 millones de euros en una depuradora absolutamente desproporcionada”. Construida porque el Gobierno anterior y Sniace se engañaron mutuamente: "este despropósito de depuradora se construyó con ese despropósito de tamaño y de inversión porque hay un acuerdo del anterior Ejecutivo PSOE-PRC con Sniace para cerrar y tirar Vuelta Ostrera y llevar las aguas de la comarca a la depuradora de Sniace". Tampoco vamos a volver a repetir algo que ya hemos explicado en multitud de ocasiones, pero sí queremos hacer unas breves puntualizaciones: nunca en UGT, hemos oído a la Dirección de Sniace o al Gobierno anterior, que existiera ese pacto de derribo; ni tampoco lo hemos oído en ninguna de las reuniones a tres bandas entre Gobierno, empresa y trabajadores. Lo que si hemos oído, y hay que enmarcarlo en el contexto judicial de hace algo más de dos años, es que existía un riesgo importante y por tanto unas dudas razonables, sobre que los procesos judiciales que afectaban a Vuelta Ostrera, podían derivar en que se pudiera derribar una parte o incluso toda. Sniace lo sabía, y lo sabíamos todos, porque estaba en los medios de comunicación. Pero Sniace no sobredimensionó su depuradora por eso, lo hizo, y ni mucho menos con la capacidad necesaria para sustituir a Vuelta Ostrera, ante la posibilidad de alcanzar un acuerdo para depurar una parte de las aguas residuales de Torrelavega, lo que contribuiría a bajar su coste de mantenimiento.
Además, los parámetros que exigía la Administración para la primera fase, y sobre todo para la segunda que entró en funcionamiento no hace muchos meses, no permiten otra cosa. En definitiva y a modo de resumen, con toda la fábrica en marcha poca capacidad de depuración sobra, por no decir ninguna, y eso lo saben bien en la Consejería de Medio Ambiente, desde hace años. Por tanto, si alguna vez existió ese pacto, las necesidades de Sniace y las exigencias de la administración le dejaron inviable a los pocos meses de iniciarse la construcción de la EDARI.

Con respecto a los mercados, dice el Presidente que el precio de la “celulosa sigue subiendo desde hace tiempo”. Según la empresa, el precio de la celulosa ha evolucionado muy poco, desde luego, lejos de esa subida del 50% que preveían en el famoso plan que nos presentaron en el Orecla, para poder arrancar, por lo tanto alguien miente. Que no sea optimista con respecto a la fibra, suponemos que tenga algo que ver con las últimas noticias sobre Lenzing, el mayor fabricante del mundo, quien ha anunciado que despedirá al 15% de su plantilla, debido a la caída de los precios de las fibras.
En resumen, resalta las dificultades económicas, pone en el candelero la depuradora, pero obvia el bioetanol, los impuestos, la caída de los precios, etc.

Hace unos días eran otros, y lo decíamos aquí, los que ponían en marcha la maquinaria propagandista del PP, afanándose en criminalizar las movilizaciones de los trabajadores de Sniace, además de algún objetivo más, que empieza a ser evidente. Siempre buscamos algún rayo de esperanza en las palabras de nuestro Presidente, pero una vez más nos quedamos con las ganas, vuelve a dejarnos en mal lugar cuando: se remite a los casos de Solvay ha cerrado o reducido plantas en Europa pero ha mantenido como “estratégica” la de Torrelavega, y de Brigestone, donde ha puesto en valor la “razonable actitud” de los representantes sindicales, que han “sabido adaptarse” a los cambios con “sensatez". No como los de Sniace, le ha faltado decir. Una vez más y no es la primera, coinciden sus argumentos con los de los “desertores”. Parece que tenemos una parte importante de la responsabilidad sobre la “crispación de Torrelavega”.
Por cierto, tanto satanizar los “intereses políticos", ¿no son ellos políticos? ¿No tienen intereses? Pues eso serán los intereses políticos, ¿o no? Al final parece sumarse a quienes insisten en que teníamos que haber aceptado los despidos.

Se lo dijimos a los “desertores” y no tenemos inconveniente en repetirlo, porque toda la plantilla sabe que es la auténtica verdad: “el Comité siempre ha querido negociar y la práctica totalidad de nuestras movilizaciones, han ido encaminadas a conseguir reuniones con el Gobierno Regional, con la de famosa comisión tripartita, o con el Presidente Diego, o para que se reuniesen la empresa y Gobierno Regional”. Los resultados son de sobra conocidos por todos: meses pidiendo reuniones y consiguiendo pocas y, tarde, mal y nunca. Hemos dedicado gran parte de nuestros esfuerzos a reivindicar reuniones con la empresa y con la Administración.

Ahora entendemos porque los “desertores” nos acusaban: “engañan a los trabajadores dándoles falsas esperanzas de una hipotética solución global”, ya se están esparciendo el globo sonda, ya se orienta a los trabajadores en una dirección, serán quizás 130 ó 150 ó… 

Aunque hayamos explicado estos extremos mil veces a lo largo de estos casi 12 meses, parece que lo único válido es lo que refleja el último minuto de los medios de comunicación. Qué le vamos hacer, continuaremos insistiendo en poner las cosas en su justa dimensión.

Si la empresa se puede reconducir y los empleos se pueden recuperar, será porque los trabajadores y algunos sindicatos han peleado y continúan peleando por sus derechos. Porque la lucha, la huelga y sobre todo y por encima de todo la negociación, siguen siendo eficaces y necesarias, a pesar de la propaganda que intenta presentarlas como algo del pasado (lo moderno, al parecer, es la vuelta a la esclavitud).

Compañeros, no nos queda más remedio que mantener ese espíritu de protesta, aunque desde ciertos sectores nos criminalicen. Fracasarán en su intento de echarnos encima a la “opinión pública”. La gente ve, y razona, y sabe que Torrelavega está sufriendo una crisis galopante. No hay más que ver la evolución del desempleo para saber que el problema no es exclusivo de Sniace. Ahí está esa otra mayoría silenciosa de talleres y empresas pequeñas, que día tras día despiden a sus trabajadores. Aunque no salga en los periódicos, porque no les acusan de manipuladores políticos o de bolivarianos kaleborraqueros.