Después
de la parada estival comenzamos una nueva andadura. Ni que decir tiene
que viene marcada por importantes retos y seguramente por dificultades
que tendremos que salvar.
Acabamos
de finalizar un mes de agosto al que podríamos calificar, desde el
punto de vista económico, como confuso y delicado. Aunque viendo lo que
se nos avecina, parece que está quedando un poco difuminado, pese a
todo lo ocurrido. Recordemos que todos, incluido el Gobierno, vimos muy
cerca el peligro de la intervención (algo que parece que Zapatero se
ha propuesto evitar, cueste lo que cueste). Y es que la famosa deuda
batió todos los récords al subir por encina de los 400 puntos,
provocando la intervención del Banco Central Europeo, quien rebajó la
tensión comprando deuda española.