Tal vez sea, el de Bankia, uno de los mayores escándalos de la democracia. Aunque mucho nos tememos que no estamos viendo más que la punta de iceberg, o dicho de otra manera, estamos viendo lo que no pueden ocultarnos. Escándalo por un rescate financiero, cuya cuantía real puede que nunca lleguemos a saber, que se produce al mismo tiempo que unos recortes brutales en el anteriormente llamado estado de bienestar.
Ya sabéis que nos gusta acudir a la hemeroteca para contrastar, pasado un tiempo, la “vista de lince” de nuestros dirigentes. En esta ocasión nuestro reconocimiento va dirigido a D. de Arturo Fernández, vicepresidente de la CEOE y consejero de Bankia: “El Banco que preside Rodrigo Rato está saneado, no necesita ni dinero público ni fusionarse con otras entidades para salir adelante, Bankia no tiene ningún problema específico para salir adelante de manera independiente y sin ninguna fusión". Cospedal, que nos quería elevar el ánimo, decía como consecuencia de los recortes que estamos padeciendo que “más pronto que tarde, dejaremos de hablar de crisis y recortes y cada vez más, oiremos hablar de crecimiento”. Tanto el uno como la otra fueron premonitorios en sus palabras, al menos en la misma medida que el capitán del Titanic:” Calma, todo está bajo control”. Y el barco se hundió.
Para el Gobierno, parece que lo de Bankia, no es nada, pero en realidad tiene un aspecto político muy importante, aparte del económico. Ahora parece, que para el PP nadie tiene la responsabilidad, no merece la pena ni siquiera que se analice. Y eso, después de saber que los responsables de la entidad financiera parecen haber mentido y "falseado" las cuentas, hasta el punto de que empezaron pidiendo una ayuda de 4.000 millones, luego Luis De Guindos anunció que lo de Bankia “solo” costaría 9.000 millones y remataron la jugada los responsables de Bankia, aprovechándose de la barra libre del dinero público, solicitando al Estado 19.000 millones para reforzar su capital, lo que unido a los 4.465 millones aportados con anterioridad, nos da como resultado un regalito de más de 23.465 millones de euros. Que encima ha sentado fatal a los famosos mercados. Del calado de este rescate, podemos hacernos una idea comparándolo con el déficit del Estado que, según hemos conocido en los últimos días, alcanzó en abril la cifra de 25.462 millones de euros.
El agujero de Bankia supera con creces el recorte de 10.000 millones aplicado a Sanidad y Educación, que ha supuesto cierre de hospitales, copago, incremento de tasas universitarias, masificación de las aulas y despidos masivos, entre otras consecuencias. No es difícil imaginar el criterio con el que se toma la decisión de recortar las necesidades de unos o financiar los excesos de otros. El gobierno del PP, continúa firmemente decidido a acabar con todas las conquistas sociales, pero corre a salvar a Bankia, que es un banco importante, pero no es más que una nuestra del desastre en el que está sumida toda la banca española.
A lo largo de proceso vamos conociendo más datos: el Consejo de Administración de la entidad dimite en bloque y reconoce que se falsearon las cuentas (anunciaron tener beneficios, cuando la realidad refleja, de momento, 3000 millones de pérdidas); lo mismo con su banco matriz, BFA, pero aquí no dimite ni... Uno de sus ex directivos tiene derecho a una pensión de 14 millones de euros, aunque al final parece que no la cobrará.
La primera rueda de prensa del Presidente del Gobierno, seis meses después de instalarse en la Moncloa, no sirvió para tranquilizar a nadie, se suponía que comparecía ante los medios de comunicación para calmar a los mercados y a los ciudadanos. No lo consiguió. El Presidente llegó incluso a defender la pésima gestión política de esta nacionalización, matizando que no ha tenido nada que ver con la escalada de la prima de riesgo. Quién sabe, tal vez sea el Sr, Rajoy, de la misma opinión que su ministro de Exteriores, Sr. Margallo, quien vincula “la subida de la prima de riesgo con los pitidos al himno en la Copa del Rey”. Puede que tenga razón, pero la prima de riesgo sigue creciendo, la Bolsa sigue cayendo y los mensajes políticos del Presidente fueron cualquier cosa menos tranquilizadores. Sobre la mesa está la intervención, pero Rajoy, en la rueda de prensa, lo negó tres veces: “No habrá rescate a la banca española por parte de Europa”, pero tampoco aclaró cómo piensa evitarlo. Cada día que pasa, esto nos sale más caro. Menos mal que el nuevo presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, le puso algo de luz al asunto: el Estado entra con todo en la banca, a través de deuda pública. Aunque según fuentes de Financial Times, Banco Central Europeo (BCE) habría rechazado la “solución” de inyectar deuda pública en la entidad.
Al final, en un día aciago para la prima de riesgo (550) y tras diversas confirmaciones y desmentidos que llegan desde Europa, la vicepresidenta, emprende un apresurado viaje hacia EEUU en busca de oxígeno. Pero después de que el gobierno del PP anunciara la nacionalización del cuarto mayor banco de este país, seguimos sin saber cómo se hará el famoso rescate. Mucho nos tememos que Angela Merkel no está dejando más que una opción a Rajoy: el rescate. Hay quien dice que amagan, pero no lo darán, pero…
¿Comisión de investigación? ¡JA! Unos no la quieren y otros no parecen tenerlo claro. Una vez más el único que ve la luz es Goirigolzarri: "Yo miro al futuro, no estoy aquí para depurar responsabilidades". Estamos de acuerdo con nuestro Secretario General, Cándido Méndez, quien decía hace unos días: “Considero que la comisión de investigación sobre Bankia, debe aclarar la situación, por el bien de nuestro país, para tranquilidad de los ahorradores e, incluso, por el bien de la entidad y para que puedan explicarse las personas que la han dirigido”. Aunque hemos de reconocer que también vemos brotes verdes en nuestros gobernantes: sobre el asunto de Bankia, todavía no les hemos oído decir que es culpa de la herencia recibida, que aunque todavía podemos oírlo, tendría… pues esta entidad y sus antecesoras llevan años y años siendo controladas por los gobiernos de la Comunidad de Madrid y la Comunidad Valenciana, en manos PP.
Hace unas semanas Arsenio Escolar en su Blog recordaba de donde venia lo de la delincuencia de cuello blanco: “Y es que hace casi sesenta años, en diciembre de 1939, el sociólogo norteamericano Edwin H. Sutherland, uno de los padres de la criminología moderna, presentó en el congreso anual de la American Economic Society, que se celebraba en Filadelfia, una ponencia que hoy es histórica. Se titulaba ‘White-collar criminality’ (Delincuencia de cuello blanco), y en ella Sutherland acuñaba este término, que se ha popularizado en la mayoría de los idiomas, y que sin duda es una de las expresiones que definen el siglo XX”. La delincuencia de cuello blanco en el mundo de los negocios (escribía Sutherland) se manifiesta sobre todo bajo la forma de manipulación de los informes financieros de compañías, la falsa declaración de los stocks de mercancías, los sobornos comerciales, la corrupción de funcionarios realizada directa o indirectamente para conseguir contratos y leyes favorables, la tergiversación de los anuncios y del arte de vender, los desfalcos y la malversación de fondos, los trucajes de pesos y medidas, la mala clasificación de las mercancías, los fraudes fiscales y la desviación de fondos realizada por funcionarios y consignatarios. Éstos son los que Al Capone llamaba los negocios legítimos.
Hasta ahora y durante estos años de crisis, han seguido obteniendo y declarando importantes beneficios, que han repartido entre sus accionistas, además de suculentos sueldos y pensiones. El beneficio neto durante el 2010, de los cinco bancos más importantes, llegó a 14.940 millones de euros. Hace tan sólo dos años y ya en plena crisis, la banca española se vanagloriaban de ser la “más rentable del mundo”, y de las más saneadas. Zapatero, que privatizó las cajas, para derivar sus recursos y clientes a los bancos, también nos repetía lo de los “bancos más saneados” y recalcaba que estábamos en Liga de Campeones. Efectivamente, para muchos debió ser así, porque según datos de 2010, del Banco de Pagos Internacionales (BIS), el beneficio antes de impuestos de la banca española, fue el más alto de los países de economías avanzadas, en proporción a sus activos: más del doble del beneficio obtenido por los bancos en EEUU y más del cinco veces que los franceses.
Todo esto del rescate de la banca española, viene en unos momentos que muchos no han dudado en calificar como la “Tormenta Perfecta”, al coincidir con la convocatoria de nuevas elecciones en Grecia y confirmar las dudas que ya existían sobre la banca española. Todo este esfuerzo, de una manera u otra, vamos a pagarlo los trabajadores y la sociedad en general, con más recortes de derechos de los anunciados hasta ahora. De hecho ya estamos viendo algunas consecuencias de estos “pagos”. Recientemente se conocían los datos, que facilitaba UGT sobre la evolución, mucho más lenta, de la marcha de la negociación colectiva de este año. Se achaca a la Reforma Laboral. Las estadísticas constatan que entre enero y abril se han registrado 896 convenios (694 de empresa y 202 sectoriales), con efectos sobre 2,2 millones de trabajadores. El grueso de la negociación se concentra en los convenios revisados, un total de 821 hasta abril, con efectos sobre 2,1 millones de trabajadores. Tan sólo se han registrado en el primer cuatrimestre 75 convenios nuevos, que amparan a 48.706 trabajadores. La subida salarial media, se situó en el 2,14%, ligeramente superior al 2% del IPC del mismo mes. Desde febrero de 2011, cuando el incremento salarial medio alcanzó el 3,11%, los salarios pactados en convenio no han dejado de moderarse. Esta contención progresiva de los salarios se observa en la evolución de todo tipo de convenios. Así, en los de ámbito superior a la empresa, la subida salarial media fue del 2,16% en abril, frente al 2,18% de marzo. Por su parte, la subida salarial registrada en los convenios de empresa se situó en abril en el 1,96%, frente al 1,98% del mes anterior. La cláusula de revisión, continúa siendo un campo de batalla y seis de cada diez trabajadores con convenio están protegidos por una cláusula de revisión salarial, que se activará en caso de que la inflación supere el 1,84% de media a final de este año.
Lo que esta por venir, como consecuencia de todo esto y como condición para el apoyo Europeo, son más recortes. Bruselas ha vuelto a la carga solicitando “el retraso de la edad de jubilación, recorte de las prestaciones por desempleo, abaratamiento, aún mayor, del despido, supresión de la cláusula de revisión salarial, subida del IVA y un largo etc”. Así que, compañeros, solo nos queda luchar, ya sea por nuestro convenio o en la calle por nuestros derechos. Una vez que se produzca el rescate financiero ¡Ya sabemos a quién aplicará Rajoy la austeridad!
Pese a que algún alcalde del PP nos menosprecié diciendo que "Hay que impedir que los perro-flautas nos ganen la batalla" cuando nos manifestamos, la verdad es que escuchando sus declaraciones debemos animarnos, porque algo debemos estar consiguiendo, cuando estos señores llegan a tan profundas reflexiones.